domingo, 4 de diciembre de 2011

He aprendido, si he aprendido, a no tenerte a mi lado cuando lloro, ni cuando estoy decaída, ni cuando mis piernas dicen para, he asumido la derrota, la perdida, pero, ante todo, soy persona, y tengo sentimientos, y cinco años sin tu presencia hacen sentir un vació que ni mil peluches y abrazos conseguirían llenar la cuarta parte de lo que llenas tu con una sonrisa, eras infinitamente cariñosa, fumadora y adicta al café, te hacia especial, te hacia única, tu debilidad por el tabaco era brutal, y a pesar de las represarías, no fue eso lo que te alejo de mi.

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