invertí en sonrisas durante 14 años, me fumé hasta las letras de las chustas de los cigarros, corrí como si no hubiese mañana y me mofé de mis errores, desde entonces y para siempre, descubrí que mirar bien a la vida era lo mejor en lo que se podía invertir, por encima de las acciones de la bolsa y las miradas a media noche.La amistad y la alegría curaria todos mis males.
No hay comentarios:
Publicar un comentario