Me quedo con los buenos momentos del día, con el desayuno en la cama, con las cosquillas en mi barriga a media mañana, con la sonrisa de complicidad a las 2 y 30 y con tu cabeza apoyada sobre mi almohada a la hora de dormir. creer que todo dura para siempre, es de incrédulos, pero no vivir el presente es de tontos.
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