lunes, 17 de octubre de 2011

Cada dos minutos cambio de opinión si me roza el corazón con el filo de sus labios

hace apenas unos segundos, miraba fijamente la pantalla de mi ordenador, sin encontrar un verdadero sentido por el cual espabilar mi vista con algo realmente productivo, se me paso por la cabeza escribir lo que estaba pensando y aquí estoy, narrando la gran concentración que tengo en estos instante mientras escribo esto sin motivo alguno, acabo de decir escribir un diario, hablarle de mi vida, pero el típico diario que escribes cuando estas triste que un día escribes mil quinientas hojas y al día siguiente solo se le ocurren dos párrafos sin sentido.

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